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Sergio Massa viajó 1097 kilómetros desde Tigre hasta Santiago del Estero. El ministro del Interior Eduardo "Wado" de Pedro, su mujer Malena Galmarini y el intendente de San Fernando Juan Andreotti fueron testigos de los llamados que hizo desde el momento en que se enteró del escándalo protagonizado por Martín Insaurralde y su renuncia como jefe de Gabinete de Buenos Aires. El ministro de Economía y candidato a presidente por Unión por la Patria respondió con tranquilidad los mensajes que recibió durante el trayecto en camioneta que en parte hizo por una cuestión de imagen y en parte por la nueva crisis. Alguien le recordó su discurso en Alejandro Korn junto al intendente Nicolás Mantegazza, del riñón de Insaurralde, cuando dijo que había que echar a los funcionarios que no funcionaran.
A tres semanas de la elección presidencial, y con Axel Kicillof buscando su reelección, Unión por la Patria no tenía margen para sostener al lomense después de las imágenes en un lujoso yate en Marbella en compañía de una modelo.
La última carta que se jugó Sergio Massa antes del debate presidencial - El Cronista
Lo distintivo en la intimidad de Massa es que cuanto más crítica es la situación, con mayor frialdad la maneja. Primero fue su mujer la que subió imágenes a las redes sociales. No se vio pero Massa iba tomando mate y cada tanto leyendo para su presentación. Después él mismo compartió un video en una YPF Full, saludando a las empleadas y tomándose un pequeño descanso.
Por viajar por tierra Massa no llegó a tiempo al turno que a las 19 le tenían reservado en el Forum. En su lugar pasaron sus asesores con Santiago García Vázquez a la cabeza para reconocer su atril, la disposición de las cámaras y los ingresos al primer debate presidencial. Si él o Juan Schiaretti le piden a los organizadores, les abrirán el centro de convenciones en el transcurso del día de hoy. En nombre del cordobés estuvo Roberto Spossetti de su equipo de comunicación.
Las dudas sobre Milei
También Javier Milei (La Libertad Avanza) tuvo que dar explicaciones. Un enjambre de periodistas lo aguardaba en el aeropuerto para preguntarle por las versiones que corrieron en los últimos días sobre su salud mental. "Tienen que caer en falacias ad hominem, berretas e inventar cosas falsas. Mirá como estoy, ¿cómo me ves?", retrucó el candidato que acusó a los dirigentes políticos de estar nerviosos.
Como Myrian Bregman y Nicolás del Caño (FIT), el libertario había llegado en un vuelo de refuerzo de Aerolíneas Argentinas por la alta demanda de este fin de semana. No pocos dejaron de notar que el libertario que reprocha la participación estatal en empresas viajara de esta manera.
Lo mismo señalaron un par de pasajeros en el vuelo AR 1928 en el que a las 16.55 partió Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio) desde Aeroparque. Como Milei, también ella tuvo muchos pedidos de selfies en el punto de partida y en arribo. En su caso pasó por el Centro de Convenciones pasadas las 20 y contó que durante toda la mañana había memorizado su presentación y las exposiciones de los temas de este debate, Economía, Educación y Convivencia Democrática y Derechos Humanos.
A Bullrich la acompañaron su jefe de campaña Juan Pablo Arenaza, el candidato a diputado Damián Arabia, Laura Alonso, Hernán Lombardi, Hernán Iglesias Illa, Alberto Forigh y su marido Guillermo Yanco que se sentó a su lado y se mostró muy compañero y relajado. Para el debate llegarán algunos gobernadores de Juntos por el Cambio para mostrar el apoyo que tiene detrás.
A diferencia de Milei, que se molestó con algunos periodistas, a Bullrich se la vio muy tranquila. Sobre el debate admitió que preferiría no memorizar pero tiene que ajustarse a los tiempos. Las exposiciones son de 45 segundos, un minuto o dos, según el bloque y el tema. La víspera tuvo ensayo en un estudio de TV. Todos bromeaban con Alonso que representó a Bregman y levantaba el brazo imitándola. El lugar de Massa lo ocupó Arenaza con preguntas incisivas y el de Milei lo asumió el periodista Néstor Sclauzero.
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Los desafíos del primer debate
En los equipos de todos los candidatos reconocen dos desafíos: sintetizar las ideas en el escaso tiempo que tienen y el uso del botón rojo.
Los asesores de la Cámara Electoral Federal les mostraron a los equipos y candidatos dónde estarán los relojes para que chequeen su tiempo y dónde el botón del atril y la luz roja que se enciende para el que pulse primero. Es una posibilidad que pueden utilizar cuando se sientan aludidos o cuando quieran preguntarle a un adversario. Se puede usar hasta cinco veces a lo largo del debate e indistintamente, incluso sólo contra un candidato.
Bullrich por ejemplo dijo que pensaba usar dos en cada uno de los primeros temas y reservarse el último para Derechos Humanos. Sin embargo ella, como los demás, admitió que dependerá de la dinámica y de lo que digan sus contricantes. En su caso tiene previsto apuntar a los que van primero en las encuestas, Milei y Sergio Massa.
También hay expectativa respecto al rol que asumirá Milei. ¿Se enojará, gritará o se mostrará calmo? Está claro que el affaire Insaurralde le da insumos para su discurso habitual contra la dirigencia política trandicional.
Con el libertario llegaron a Santiago su hermana Karina Milei, Victoria Villarruel, el publicista Santiago Oría, el candidato a jefe de gobierno porteño Ramiro Marra, Lilia Lemoine, la posible ministra Sandra Pettovello y Juan Napoli, entre otros.
Cada participante tiene 25 lugares para sus invitados que deberán sentarse según la distribución de los atriles que se asignó, como el orden para hablar, por sorteo.
Todos los participantes tienen una pregunta obligatoria para los otros cuatro. La regla no corre para el botón rojo que dará dinamismo al intercambio.