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Le Blé inició su camino en la Argentina en septiembre de 2008 en la esquina de Álvarez Thomas y Céspedes, en el barrio porteño de Colegiales. Su nombre proviene del francés y se traduce "el trigo", uno de los cereales más destacados en la cadena alimenticia y del que deriva la harina, ingrediente principal en productos de panadería y pastelería.
Con 15 años en el mercado, el sueño de Paul Petrelli y Donatienne Fievet, él argentino y ella belga, está en expansión: su próximo paso es instalarse en España. Mientras tanto, continúan con su crecimiento en la Argentina donde predominan, principalmente, en la Ciudad Buenos Aires.
¿Cómo nació Le Blé?
Paul y Donatienne se conocieron a mediados de los 90 cuando trabajaban en el sector de aviación, lo que implicaba mudanzas constantes por todo el mundo hasta que les tocó Argentina y no se fueron más. Durante su etapa de viajes recorrían ciudades y, en especial, restaurantes.
Siempre los atrajo la gastronomía y la construcción de Le Blé fue, puntualmente, porque veían que en la Ciudad de Buenos Aires estaban saliendo del negocio las clásicas cafeterías de españoles de las esquinas y las panaderías giraban a lo industrial.
"Porqué no volvemos a las raíces, al buen pan, al buen café, y a un buen pudin, scone o medialuna. Poco a poco le fuimos metiendo todo esto y creamos el concepto de Le Blé, que es básicamente entregarle al barrio una panadería y una cafetería o restaurante todo en uno", contó Paul a El Cronista.
En este contexto, uno de los grandes logros del café resto es la producción a escala para abastecer a los 39 locales sin perder los "casero y artesanal del producto", dado que elaboran 10.000 medialunas al día. Además de este panificado, la carta del negocio incluye el croissant que puede ser clásico, de almendras, con dulce de leche o pastelera y en versión salada hay de jamón y queso; palta brie y rúcula; y queso, tomate y albaca.
Las recetas, ingredientes o tradiciones para la elaboración del menú provinieron de su experiencia de haber viajado por el mundo y de la infancia de Donatienne en Bélgica. "La idea fue un poco partir de forma casi espontánea con esta base que teníamos de cosas que habíamos visto en distintos lugares, como los muffins de Nueva York o el croissant francés con pura manteca", explicó.
El resultado fue un "abanico de productos" que desde hace 15 años se actualiza y aggiorna al gusto argentino. Hace más de una década no se hablaba de masa madre. "El argentino lo probaba y te decía que estaba ácido, que la costra era dura o que tal vez estaba pasada la masa y automáticamente tuvimos que pasar a hacer pan al estilo argentino. Hacíamos la baguette y el pan, la hogaza de pan de masa madre la tuvimos que transformar un pan de campo", recordó Paul.
Un sentido de pertenencia
Desde Le Blé ponen hincapié en el producto porque es un "foco muy importante para el crecimiento", agregó Donna. "Lo que escuchábamos de la devolución de los clientes tenía que ver mucho con esto y con el barcito de mi barrio, ese lugarcito de como sentirse en casa".
En la estética que sumaron para que el público se sienta en un lugar cálido, como el hogar, destaca la elección de la madera para el amueblado que incluye una mesa comunitaria, que varía en tamaño según el local, o en el caso de la vajilla que emplean un tazón que replica a uno de Bélgica y es propio del negocio.
Cada vez que abren una nueva sucursal toman en cuenta la estética y el barrio. Es "importante" que la ubicación tenga movimiento. "Cuando estás en obra vienen y te preguntan cuándo abren y qué van a hacer. Se arma una cosa muy linda", sostuvo la dueña.
Sobre el uso de una mesa comunitaria, resaltó que "genera esa sensación de entrar al comedor de mi casa, de entrar al living. Es un impacto visual".
Para la elaboración del menú se toman en cuenta las tendencias y se adaptan sin salirse al 100% de su esencia. "En la convivencia hay grupos donde (por ejemplo) hay veganos. Entonces, damos una propuesta vegana o vegetariana rica y todos ahí pueden compartir un momento con cada uno", explicaron.
Así, desde hace dos años renovaron su carta, la cual está atada a la estacionalidad y esta semana liberaron las opciones primaverales en el marco de su 15 aniversario. De los productos panificados entre lo que más se vende destacan las medialunas, palmeritas y el pain au chocolat.
Por otra parte, se consume bastante el sándwich de pollo frito y las tostadas belgas, como así también el pan con palta y huevo mollet. El público puede optar por el café porteño, el té en hebras, limonada, licuados, la kombucha, gaseosa y jugos.
Entre los tragos destacan el aperol, gin tonic o la cerveza para acompañar papas fritas belgas, croquetas de papa, salchichas alemanas o panceta y tiritas de pollo crocante.
En pastelería y panadería hay chausson de manzana, roll, alfajor de coco, tartaleta, torta belga, crumble de pera y postrecitos como torta invertida y affogato.
Algunas de las propuestas para desayuno y merienda son las tostadas belgas tradicionales, el desayuno porteño o parisino, waffle belga o pancakes clásicos.
Apto vegano hay desayuno porteño, tostadas belgas, triffle y baguette tostada. Como en Le Blé prima el sentimiento de compartir, ofrecen un petit brunch y otro para el fin de semana.
El negocio también es una alternativa para el almuerzo o cena por su variedad de ensaladas, tartas, sánwiches gourmet como la milanesa de entraña, pollo crocante o el wrap de pollo teriyaki.
La expansión del negocio
Para este año, Le Bré había proyectado la apertura de cinco puntos de ventas y finalizarán el 2023 con 10 negocios nuevos: seis restaurantes, tres boulangerie y un food truck.
Pero el salto más importante llegará en el primer semestre del 2024: la internacionalización de la marca con su apertura en Madrid, España. "Va a ser un gran movimiento. Es una de las cosas difíciles, pero importantes para cualquier empresa de todo rubro", aseguró Paul.
Mientras tanto, continúan apostando en Buenos Aires y el resto del país, ya cuentan con su primera sucursal en San Fernando del Valle de Catamarca y esperan de 5 a 10 aperturas de los distintos modelos de negocios. Sobre un posible desembarco en el Sur, lo ven más como un objetivo para radicarse en San Martín de los Andés.
La ciudad neuquina les encanta como lugar para abrir unas cuantas sucursales y establecer un pequeño centro de producción. Sin embargo, aseguran que es algo que "aún tienen en la cabeza".
Uno de los desafíos de su negocio es "acomodar el producto y la carta a lo local", esta parte es importante y lo hacen todo el tiempo. "Sacamos productos, no le gusta la gente, los quitamos y lo modificamos", contaron.
Aunque también hay un reto que los preocupa como accionistas mayoritarios de la empresa: la creación de equipos. "Una de las cosas más difíciles que tiene este rubro es la profesionalización de los equipos. Argentina es un desafío diario. Para mantenerse, existir, crecer y perdurar tenés que crear equipos profesionales que estén encima de todo".
Con el escenario actual, sin la profesionalización de las distintas áreas del negocio que realizan un trabajo integral, en el que cada quien cumple su función, sería difícil perdurar y expandirse.
¿Dónde quedan los Le Blé?
Ciudad de Buenos Aires
- Almagro (Perón y Gascón)
- Colegiales (Alvarez Thomas y Cespedes)
- Belgrano (Arredondo y Vuelta de Obligado)
- Doho (Donado y Sucre)
- Villa Urquiza (Mendoza y Bucarelli)
- Palermo (Av. Santa Fe y Darragueyra)
- Recoleta (French y Sánchez de Bustamante)
- Nuñez (Av. Del Libertador y Ramallo)
- Puerto Madero (Petrona Eyle)
- Barracas (Dr. Enrique Finochietto 899)
Provincia de Buenos Aires
- Vicente Lopez (Azcuenaga 1001)
- Acassuso (Manzone 987)
- Villa Ballester (Lacroze y Falucho)
- Parque Leloir (Martín Fierro 2997)
- Las Lomitas (Italia 451 Local 215)
- Hudson (Calle 137)
- La Plata (Calle 50)